Crecimiento personal de karen horney. Neurosis y crecimiento personal: qué hacer. Una breve lista de signos de una personalidad neurótica

Karen Horney (1885-1952) es una de las pensadoras psicoanalíticas más destacadas del siglo XX. Después de completar sus estudios de medicina en las universidades de Friburgo, Gotinga y Berlín, comenzó su análisis personal con Karl Abraham en 1910, y en 1920 se convirtió en una de las fundadoras del Instituto Psicoanalítico de Berlín. En los años veinte y principios de los treinta, intentó modificar la teoría de la psicología femenina de Sigmund Freud, sin dejar de estar dentro del marco de la teoría ortodoxa. Su trabajo se adelantó demasiado a su tiempo para ganar la atención que merecía, pero desde su reedición (1967) como una colección bajo el título general de Psicología femenina, Horney ha sido considerada una figura fundadora del psicoanálisis feminista.

En 1932, Horney aceptó una invitación de Franz Alexander para convertirse en la segunda directora del recién formado Instituto Psicoanalítico de Chicago, pero en 1934 se mudó a Nueva York para trabajar en el Instituto Psicoanalítico de Nueva York. Bajo la influencia de las nuevas corrientes sociales e intelectuales en los Estados Unidos, publicó dos libros - "La personalidad neurótica de nuestro tiempo" (1937) y "Nuevos caminos en el psicoanálisis" (1939), en los que algunas de las disposiciones fundamentales de Freud Se rechazan teorías, y su orientación biológica es reemplazada por una cultural e interpersonal. Los colegas ortodoxos de Horney se sorprendieron tanto con estos libros que la obligaron a dejar el Instituto Psicoanalítico de Nueva York. En esta fase de su búsqueda científica, Horney se unió a neo-freudianos culturalmente psicoanalíticos como Harry Stack Sullivan, Erich Fromm, Clara Thompson y Abraham Kardiner.

Dejando el Instituto Psicoanalítico de Nueva York, Horney fundó el Instituto Americano de Psicoanálisis en 1941 y en una atmósfera más cercana espiritualmente continuó desarrollando su teoría. En Self-Analysis (1942), Our Internal Conflicts (1945) y Neurosis and Personal Growth (1950), postuló que con la ansiedad que genera la falta de un sentido de seguridad, amor y aceptación, una persona se las arregla negándose a sus verdaderos sentimientos e inventa para sí mismo estrategias artificiales de protección, tanto intrapsíquicas como interpersonales.

Las ideas de Horney pasaron por varias etapas en su formación y, por lo tanto, su nombre significa cosas diferentes para diferentes personas. Algunos la ven como una mujer cuyos trabajos científicos anticiparon brillantemente todas las objeciones a las opiniones de Freud sobre la psicología de la mujer. Para otros, es una neofreudiana, perteneciente a la escuela de los culturalistas. Y algunos la equiparan con su teoría madura, que es una clasificación elaborada de estrategias de defensa. Cada etapa del trabajo de Horney es importante, pero me parece que es su teoría madura la que representa la contribución más significativa al curso del pensamiento psicoanalítico. La mayoría de sus primeras ideas fueron revisadas o complementadas, por la propia Horney o por otros, o se fusionaron con el trabajo de la siguiente generación y, a veces, fueron redescubiertas por él. Pero este no es el caso de su teoría madura. “Nuestros Conflictos Internos” y “Neurosis y Crecimiento Personal” explican el comportamiento humano en el marco de la constelación actual de sus conflictos y defensas internos. No encontraremos nada parecido a esta interpretación profunda y extremadamente prometedora en otros autores. Brinda grandes oportunidades no solo al clínico, sino también al crítico literario y al culturólogo; se puede utilizar en psicología política, filosofía, religión, biografía y resolución de problemas de identificación de roles de género.

Aunque cada obra de Horney es una contribución notable a la ciencia y, por lo tanto, merece atención, la principal es "Neurosis y crecimiento personal". Este libro se basa en sus primeros trabajos y desarrolla las ideas contenidas en ellos en gran medida. Horney, como autor, es conocido por su claridad de presentación, y Neurosis and Personal Growth no es una excepción; pero para quienes no estén familiarizados con la evolución de sus ideas, esta introducción puede ser útil.

I. Horney y la psicología femenina

Mientras seguía enseñando teoría ortodoxa en el Instituto Psicoanalítico de Berlín, Horney comenzó a estar en desacuerdo con Freud sobre la envidia del pene, el masoquismo femenino y el desarrollo femenino, y trató de reemplazar la visión falocéntrica dominante de la psicología femenina por una visión femenina diferente. Inicialmente trató de cambiar el psicoanálisis desde adentro, pero al final rompió con muchos de sus prejuicios y creó su propia teoría.

En sus dos primeros artículos, "Sobre el origen del complejo de castración en las mujeres" (1923) y "Evitar la feminidad" (1926), Horney se esforzó por mostrar que la niña y la mujer solo tienen su propia constitución biológica y patrones de desarrollo inherentes. los cuales deben ser considerados en base a los principios femeninos, y no como diferentes de los masculinos, y no como productos de su supuesta inferioridad en comparación con los masculinos. Ella desafió el enfoque psicoanalítico de la mujer como un hombre inferior, considerando que este enfoque es una consecuencia del género de su creador, el genio como hombre, y el fruto de una cultura en la que el principio masculino se impuso. El psicoanálisis asimiló las opiniones masculinas existentes sobre las mujeres como una imagen científica de la esencia de la mujer. Es importante que Horney comprenda por qué un hombre ve a una mujer de esta manera. Ella sostiene que la envidia de un hombre por el embarazo, el parto, la maternidad, el pecho femenino y la capacidad de alimentarla da lugar a una tendencia inconsciente a devaluar todo esto, y que el impulso creativo masculino compensa en exceso su papel insignificante en el proceso de reproducción. . La "envidia del útero" de un hombre es indudablemente más fuerte que la "envidia del pene" de una mujer, ya que un hombre quiere disminuir la importancia de la mujer mucho más de lo que una mujer quiere disminuir la importancia del hombre.

En otros artículos, Horney continuó analizando la visión masculina de la mujer para mostrar la falta de su naturaleza científica. En su artículo “Desconfianza entre los sexos” (1931), sostiene que la mujer es vista como una “criatura de segunda categoría”, ya que “en todo momento, el lado más poderoso ha creado la ideología necesaria para asegurar su posición dominante, ”Y“ en esta ideología, las diferencias entre los débiles se interpretaron como de segunda categoría ”. En Fear of a Woman (1932), Horney atribuye este miedo masculino al miedo del niño de que sus genitales no sean adecuados para los de su madre. Una mujer amenaza a un hombre no con castración, sino con humillación, amenazando el "respeto por sí mismo masculino". Al crecer, un hombre sigue preocupándose en lo más profundo de su alma por el tamaño de su pene y por su potencia. Esta ansiedad no se ve duplicada por ninguna ansiedad femenina: “la mujer juega su papel por el mismo hecho de su ser”, no necesita demostrar constantemente su esencia femenina. Por lo tanto, una mujer no tiene un miedo narcisista a un hombre. Para hacer frente a su ansiedad, un hombre propone el ideal de productividad, busca "victorias" sexuales o busca humillar al objeto del amor.

Horney no niega que las mujeres suelen estar celosas de los hombres y descontentas con su papel femenino. Muchas de sus obras están dedicadas al "complejo de masculinidad", que define en "Forbidden Femininity" (1926) como "un complejo de sentimientos y fantasías de una mujer, cuyo contenido está determinado por el deseo inconsciente de las ventajas que la posición de un hombre da, envidia de los hombres, el deseo de ser un hombre y el rechazo del papel de una mujer ". Inicialmente creía que el complejo de masculinidad de la mujer era inevitable, ya que era necesario para evitar sentimientos de culpa y ansiedad, producto de la situación edípica, pero luego reconsideró su opinión. El complejo de masculinidad es producto del dominio cultural masculino y las características de la dinámica familiar de una niña, argumentó Horney.

“En la vida real, una niña desde que nace está condenada a estar convencida de su inferioridad, ya sea que hable de manera grosera o sutil. Esta posición estimula constantemente su complejo de masculinidad "(" Evitando la feminidad ").

Hablando de dinámica familiar, Horney inicialmente consideró la relación de la niña con los hombres de la familia como la más importante, pero luego, su madre se convirtió en la figura central en los casos de mujeres que padecían un complejo de masculinidad. En Maternal Conflicts (1933), enumera todas las características de la infancia de la niña que cree que son responsables del complejo de masculinidad.

“Esto es lo que es típico: las niñas, por regla general, desde muy temprano tenían razones para no amar su propio mundo femenino. Las razones de esto podrían ser intimidación materna, profunda decepción en la relación con un padre o hermano, experiencia sexual temprana que aterrorizó a la niña, favoritismo de los padres hacia el hermano ”.

Todo esto fue en la infancia de la propia Karen Horney.

En sus trabajos sobre psicología femenina, Horney se apartó gradualmente de la creencia de Freud de que “la anatomía es el destino” y enfatizó cada vez más los factores culturales como fuente de problemas femeninos y problemas de identificación de roles de género. No, no es el pene del hombre lo que envidia la mujer, sino los privilegios del hombre. Realmente necesita no tener un pene, sino la capacidad de ejercitarse, desarrollando las habilidades humanas inherentes a ella. El ideal patriarcal de una mujer no siempre satisface sus necesidades internas, aunque el poder de este ideal a menudo obliga a la mujer a comportarse de acuerdo con él. En El problema del masoquismo femenino, Horney desafía la teoría del "parentesco primordial entre el masoquismo y el cuerpo femenino". Esta creencia de algunos psicoanalistas simplemente refleja estereotipos de la cultura masculina, mientras que Horney rastrea una serie de condiciones sociales que hacen que una mujer sea más masoquista que un hombre. Además, una comparación de diferentes culturas muestra que estas condiciones no son universales: algunas culturas son más desfavorables para el desarrollo de la mujer que otras.

Aunque Horney dedicó la mayor parte de su vida profesional a los problemas de la psicología femenina, dejó este tema en 1935, creyendo que el papel de la cultura en la formación de la psique de las mujeres es demasiado grande para que podamos establecer una distinción clara: esto es femenino, y esto no es. En una conferencia titulada "El miedo a la acción de la mujer" (1935), Horney expresa la convicción de que solo podremos comprender cuál es la diferencia psicológica entre una mujer y un hombre cuando se libere del concepto masculino de feminidad. Nuestro objetivo no debe ser definir la verdadera esencia de la feminidad, sino fomentar el "desarrollo pleno e integral de la personalidad de cada persona". Después de eso, comenzó a desarrollar su teoría, que consideraba sexualmente neutral, aplicable tanto a hombres como a mujeres.

II. Romper con Freud

Horney publicó dos libros en los años treinta. "La personalidad neurótica de nuestro tiempo" (1937) y "Nuevos caminos en psicoanálisis" (1939), lo que llevó a que la comunidad psicoanalítica la "excomulgara" del psicoanálisis. En ambos libros, criticó la teoría de Freud y propuso la suya propia.

Una de las principales características del trabajo de Horney en ese momento era el énfasis en el papel de la cultura en la formación de defensas y conflictos neuróticos; la importancia de la cultura ya se subrayaba cada vez más en obras dedicadas a la psicología femenina. Mudarse a los Estados Unidos y darse cuenta de la diferencia entre este país y Europa central lo hizo aún más receptivo al trabajo de sociólogos, antropólogos y psicoanalistas de orientación cultural como Erich Fromm, Herold Lasswell, Ruth Benedict, Margaret Mead, Alfred Adler y Harry Stack. Sullivan.

Horney demostró que Freud, debido a su especial interés en las raíces biológicas del comportamiento humano, hizo una suposición no del todo correcta sobre la universalidad de los sentimientos, actitudes y actitudes inherentes a su cultura. Sin tener en cuenta los factores sociales, asocia el egocentrismo del neurótico con la libido narcisista, su hostilidad con el instinto de destrucción, su obsesión por el dinero con la libido anal y el avaricia con la libido oral. Pero la antropología muestra que cada cultura tiene sus propias, distintas de otras culturas, tendencias para producir todos estos tipos de carácter. Siguiendo a Malinowski y otros, Horney ve el complejo de Edipo como un fenómeno culturalmente condicionado, cuyo volumen puede reducirse significativamente a través del cambio social.

Freud ve la neurosis como un producto del choque de cultura e instinto, pero Horney no está de acuerdo. Según Freud, necesitamos la cultura para sobrevivir y para preservarla debemos reprimir o sublimar nuestros instintos. Y dado que nuestra felicidad consiste en la gratificación completa e inmediata de nuestros instintos, debemos elegir entre la felicidad y la supervivencia. Horney no cree que este choque entre el individuo y la sociedad sea inevitable. El choque ocurre cuando un entorno desfavorable frustra nuestras necesidades emocionales y, por lo tanto, despierta miedo y hostilidad. Freud describe a una persona como insaciable, destructiva y antisocial, pero según Horney, todas estas son reacciones neuróticas a condiciones adversas más que una expresión del instinto.

Aunque a menudo se considera a Horney una representante de la escuela cultural, el énfasis en la cultura fue solo una fase pasajera de su trabajo. Una parte más importante de su trabajo en los años treinta fue una nueva versión de la estructura de la neurosis, presentada por primera vez por ella en La personalidad neurótica de nuestro tiempo. Horney no negó la importancia de la infancia en el desarrollo emocional de una persona, como a veces se piensa, pero le dio importancia no a la frustración de los impulsos libidinales, sino a las condiciones patogénicas de la vida de un niño en una familia donde no se siente. seguro, amado y valioso. Como resultado, desarrolla una "ansiedad básica", un sentimiento de impotencia frente a un mundo hostil, que trata de mitigar desarrollando estrategias protectoras como la búsqueda del amor, el deseo de poder o la alienación. Dado que estas estrategias son incompatibles entre sí, entran en conflicto, lo que crea nuevas dificultades. Horney desarrolló y perfeccionó este modelo de neurosis en sus libros posteriores.

Horney creía que nuestras estrategias defensivas están condenadas al fracaso porque crean un círculo vicioso: el medio por el que queremos suavizar la ansiedad, por el contrario, la amplifica. Por ejemplo, la frustración de la necesidad de amor hace que esta necesidad sea insaciable, y la exigencia y los celos que surgen de la glotonería hacen que sea menos probable que una persona encuentre un amigo. Quienes no han sido amados desarrollan un fuerte sentimiento de que nadie los ama, y ​​descartan cualquier evidencia en contrario, y buscan malas intenciones detrás de cualquier manifestación de simpatía. El hecho de estar privados de amor los hizo dependientes, pero tienen miedo de depender de otro, porque los hace demasiado vulnerables. Horney compara esta situación con la situación de "una persona que se está muriendo de hambre, pero no se atreve a comer nada por temor a que la comida haya sido envenenada".

Horney dedicó gran parte de La personalidad neurótica al análisis de la necesidad neurótica del amor, pero se detiene en este trabajo y en el deseo de poder, prestigio y posesión, que se desarrolla cuando la persona desespera por alcanzar el amor. Estos impulsos neuróticos son producto de la ansiedad, la ira y los sentimientos de inferioridad. Son insaciables, ya que ningún éxito será suficiente para que el neurótico se sienta seguro, tranquilo o satisfecho con sus logros. La necesidad de amor o de éxito es fructífera y puede satisfacerse si no es de naturaleza compulsiva.

Según Horney, las personas intentan lidiar con la ansiedad basal desarrollando más de una estrategia de defensa.

“Una persona siente al mismo tiempo un imperativo deseo de gobernar a todos y ser amada por todos, se siente atraída por ceder a todos e imponer su voluntad a todos, dejar a las personas y suplicarles amistad. Como resultado, "está destrozado por conflictos insolubles, que a menudo son el centro dinámico de la neurosis".

Así, en los primeros libros de Horney se desarrolló el paradigma de la estructura de las neurosis, según el cual las violaciones en las relaciones humanas generan ansiedad basal, lo que lleva al desarrollo de estrategias de defensa que, en primer lugar, se niegan y en segundo lugar se acompañan en conflicto. En La personalidad neurótica de nuestro tiempo, se desarrolló el tema de la búsqueda del amor y la dominación, pero también se tocó el tema de la alienación; en New Ways in Psychoanalysis, el narcisismo y el perfeccionismo (la búsqueda de la perfección) se agregaron a las estrategias de defensa interpersonal. Estos libros también proporcionan descripciones de estrategias de defensa intrapsíquicas como la autodespreciación, el autorreproche, el sufrimiento neurótico y la sumisión excesiva a los estándares, pero su contenido se ha explorado más a fondo en los dos últimos libros de Horney.

Quizás el aspecto más significativo de la nueva versión del psicoanálisis de Horney fue el cambio en el interés del analista (tanto en la teoría como en la práctica) de un interés en el pasado del paciente a un interés en su presente. Mientras que el enfoque de Freud estaba en la génesis de la neurosis, el enfoque de Horney estaba en su estructura. Ella creía que el psicoanálisis debería centrarse no tanto en las raíces infantiles de la neurosis, como en la constelación existente de defensas y conflictos internos del neurótico. Esta característica de su enfoque lo distinguía claramente del psicoanálisis clásico y lo hacía inaceptable para quienes estaban interesados ​​principalmente en el pasado del paciente.

En New Ways in Psychoanalysis, Horney distinguió el enfoque evolucionista del "evolucionista mecánico". El pensamiento evolutivo asume que “lo que existe hoy no existió en esta forma desde el principio, sino que lo tomó por etapas. En estas primeras etapas, podemos encontrar muy poca similitud con la forma actual, pero la forma actual es inconcebible sin las anteriores ". Mecánicamente, el pensamiento evolutivo insiste en que "no se creó nada realmente nuevo en el proceso de desarrollo" y "lo que vemos hoy es sólo lo antiguo en un nuevo paquete". Para Horney, la profunda influencia de las experiencias de la primera infancia no excluye el desarrollo posterior, mientras que para Freud, nada nuevo le sucede a una persona después de los cinco años, y todas las reacciones o experiencias posteriores deben considerarse solo como una reproducción de la primera infancia. El aspecto evolutivo mecánico del pensamiento de Freud se reflejó en su idea de la ausencia del tiempo en el inconsciente, en su comprensión de la repetición obsesiva, la fijación, la regresión y la transferencia. Horney considera que este aspecto del pensamiento de Freud es responsable "del grado en que el infantilismo se atribuye a las inclinaciones de una persona y su presente se explica por el pasado".

En el centro del concepto de Freud de la relación de las experiencias de la infancia con la conducta de los adultos se encuentra la doctrina de la ausencia de tiempo en el inconsciente. Los miedos, los deseos o las experiencias integrales reprimidas en la niñez no están influenciados por otras experiencias que surgen a medida que la persona crece. Esto nos permite construir el concepto de fijación, ya sea en relación con el entorno temprano de la persona (fijación en el padre o en la madre), o en relación con la etapa de desarrollo de su libido. De acuerdo con este concepto, es posible considerar más apegos de una persona o estereotipos de su comportamiento como una reproducción del pasado, congelado en el inconsciente y no sujeto a cambios.

Horney no intenta en absoluto refutar la doctrina de la ausencia de tiempo en el inconsciente o una serie de conceptos asociados con él. Más bien, está tratando de construir (sobre un conjunto diferente de premisas) su propia teoría: "el punto de vista diferente del mecanicista es tal que en el proceso de desarrollo orgánico nunca surgen simples repeticiones o regresiones a las etapas anteriores". El pasado siempre está contenido en el presente, pero no en la forma de su reproducción, sino en la forma de su desarrollo. El camino del "desarrollo real" es el camino en el que "cada paso implica el siguiente". Así, "las interpretaciones que vinculan directamente las dificultades del presente con la influencia de la infancia son científicamente sólo la mitad de la verdad, pero en términos prácticos son inútiles".

Según el modelo de Horney, las experiencias tempranas nos afectan tan profundamente no porque creen fijaciones que obliguen a la persona a reproducir estereotipos infantiles, sino porque condicionan nuestra actitud ante el mundo. Las experiencias posteriores también afectan nuestra actitud hacia el mundo y, al final, resulta en estrategias de defensa y rasgos de carácter de un adulto. Las experiencias tempranas pueden influir más fuertemente que las posteriores, ya que determinan la dirección del desarrollo, pero el carácter de un adulto es producto de todas las interacciones previas de su psique y el entorno.

Hay otra diferencia importante entre Horney y Freud. Freud creía que estas experiencias cruciales de la infancia son relativamente pocas y en su mayoría de naturaleza sexual, y Horney estaba convencido de que la totalidad de las experiencias de la infancia es responsable del desarrollo neurótico. La vida de un adulto transcurre al azar debido a que en la infancia toda la cultura que lo rodea, sus relaciones con los compañeros y especialmente las relaciones familiares hacían que el niño se sintiera desprotegido, desamparado e innecesario, y esto le producía una ansiedad basal. Estas condiciones desfavorables proporcionan la base para el desarrollo de una estructura especial de carácter, y de ahí surgen todas las dificultades adicionales.

Horney señala que existe una conexión entre nuestro presente y la primera infancia, pero es compleja y difícil de rastrear. Ella cree que, tratando de comprender el síntoma en el marco de su principio infantil, "estamos tratando de explicar una incógnita ... a través de otra, de la que sabemos aún menos". Sería más fructífero “concentrarse en las fuerzas que ahora mueven a una persona u obstaculizan su movimiento; hay una probabilidad suficiente de que seamos capaces de comprenderlos, incluso sin saber mucho de su infancia ".

III. La teoría de la madurez de Horney

En su obra "New Ways in Psychoanalysis", Horney habla de la distorsión del "yo humano inmediato", que se ve sometido a la presión del entorno, como la línea central de la neurosis. El objetivo del tratamiento es "devolver a la persona a sí misma, ayudarla a recuperar su inmediatez y encontrar su centro de gravedad en sí mismo". Horney acuñó el término "yo real" en el artículo "¿Estamos en nuestro lugar?" (1935) y lo reutilizó en Self-Analysis (1942), donde habló por primera vez de autorrealización. Neurosis and Personal Growth (1950) comienza con una distinción entre el desarrollo saludable, en el curso del cual una persona realiza su potencial, y el desarrollo neurótico, en el curso del cual está alienado de su verdadero yo. El subtítulo de este último libro de Horney es The Struggle for Self-Realization, basado en el concepto de un yo real o real en el corazón de su comprensión de la salud y la neurosis. *

* ¿Tan "genuino" o "real"? La palabra "auténtico" te permite captar intuitivamente la esencia de lo que Horney quiere decir cuando habla del yo real. Por el contrario, el contenido de la palabra "real" es mucho menos obvio (especialmente para el lector de habla rusa sin una formación filosófica fundamental) y necesita una aclaración adicional. Espero que estas aclaraciones también ayuden a comprender las razones de mi elección de traducción a favor del "yo real".

Al desarrollar un lenguaje para describir realidades psicológicas desconocidas para el freudianismo, cuyo estudio intensivo condujo posteriormente a la formación de una nueva dirección, la psicología humanista, Horney utilizó el par tradicional de categorías filosóficas "real-ideal". Al mismo tiempo, el concepto psicológico de "real" incluye al menos cuatro aspectos sustantivos: ontológico ("esencial"), epistemológico ("objetivo"), valor ("genuino") y práctico ("factible").

En otras palabras, el "yo real" de Horney, por definición, es: 1) un conjunto de rasgos de personalidad esenciales, esenciales que determinan la originalidad de su existencia, en oposición al "yo ideal", que puede incluir rasgos no esenciales; 2) un conjunto de rasgos objetivos, cuya presencia no depende de la voluntad y conciencia del individuo, en contraste con el "yo ideal", cuyo contenido en un grado u otro puede ser producto de la imaginación; 3) un conjunto de rasgos genuinos y reales, en contraste con el "yo ideal", que puede incluir rasgos falsos, falsos; 4) un conjunto de rasgos e inclinaciones que son potencialmente realizables en el curso del desarrollo de la personalidad, en contraste con el "yo ideal", cuyo contenido, en un grado u otro, puede ser irrealizable.

Y aunque Horney se ocupa de la consideración de estos cuatro aspectos, el más esencial para ella, como psicoterapeuta, es precisamente el aspecto de valor del "yo real". Después de todo, es precisamente la indicación de la falta de autenticidad, la falsedad de los "ideales" neuróticos lo que puede tener algún tipo de "fuerza elevadora" para el cliente, y de ninguna manera una indicación de su "insignificancia", "sesgo" o " impracticabilidad." - V. D.

El yo real no es una estructura fija, sino un conjunto de "potencias humanas inherentes" (como temperamento, habilidades, dones, inclinaciones), que es parte de nuestra herencia y necesita condiciones favorables para su desarrollo. No es producto del aprendizaje, porque no se puede enseñar a nadie a ser él mismo; pero esto no es algo que no se preste a influencias externas, ya que la actualización, la encarnación del verdadero yo en la realidad se lleva a cabo a través de la interacción con el mundo externo, que proporciona varios caminos de desarrollo. Este proceso puede realizarse de diferentes formas, dependiendo de determinadas circunstancias. Sin embargo, para que la autorrealización en general tenga lugar, una persona necesita ciertas condiciones en la infancia. Estos incluyen una "atmósfera cálida" que le permite al niño expresar sus propios pensamientos y sentimientos, la buena voluntad de los seres queridos para satisfacer sus diversas necesidades y "un choque saludable de sus deseos y la voluntad de los demás".

Cuando la neurosis de los padres les impide amar al niño, o al menos pensar en él "como una personalidad distinta y separada", el niño desarrolla una ansiedad basal, que no le permite "relacionarse con otras personas directamente, como su verdadera personalidad". los sentimientos sugieren, y lo obliga a buscar otras formas de tratamiento con ellos ". Los sentimientos y comportamientos ya no son la autoexpresión sincera del niño, sino que están dictados por estrategias de protección. "Puede ir a la gente, contra la gente o alejarse de ellos".

La teoría madura de Horney contiene descripciones de estas estrategias y su elaborada clasificación. Mientras que en Our Internal Conflicts se refiere a nuestras estrategias interpersonales y los conflictos que generan, Neurosis and Personal Growth proporciona un recuento completo de las defensas intrapsíquicas y sus conexiones con las interpersonales.

En Neurosis and Personal Growth, Horney nos advierte contra "la atención unilateral a factores intrapsíquicos o interpersonales", argumentando que la dinámica de la neurosis puede entenderse "sólo como un proceso en el que los conflictos interpersonales conducen a configuraciones intrapsíquicas especiales, que, al ser dependientes de los estereotipos anteriores de las relaciones humanas, a su vez, cámbielos ". Sin embargo, descuida su propia advertencia, centrándose principalmente en factores intrapsíquicos, lo que crea problemas para el lector. Dado que las construcciones intrapsíquicas son el resultado de conflictos interpersonales, es más lógico comenzar con la presentación de la teoría. Así se construyen Nuestros Conflictos Internos, pero en Neurosis and Personal Growth Horney, deseando en primer lugar contarle al lector sus nuevas ideas, lo confunde un poco, partiendo de estrategias intrapsíquicas, e incluso en ocasiones deduce decisiones tomadas de forma interpersonal. de soluciones intrapsíquicas. Me gustaría realizar una síntesis de sus dos últimos trabajos con el fin de "despejar el camino" al lector hacia una percepción más rápida de "Neurosis y crecimiento personal".

Tratando de afrontar el sentimiento de “nadie me quiere”, con los sentimientos de inseguridad e inutilidad, que dan lugar a la ansiedad basal, una persona puede tomar una decisión de humildad o compromiso y empezar a moverse hacia las personas; puede tomar una decisión agresiva o expansiva y actuar en contra de las personas; o tomar una decisión sobre la alienación, dejando a la gente. Horney acuñó los términos conciliación, agresión, retraimiento en Nuestros Conflictos Internos, y en Neurosis y Crecimiento Personal habló de humildad, convulsión y alienación o “retiro”; pero ambos conjuntos de términos se usan indistintamente. Una persona sana es capaz de mostrar flexibilidad, movilidad y elegir la dirección de su movimiento según las circunstancias, pero en una persona alienada de sí misma, la “elección” del movimiento se vuelve compulsiva e incontestable. Cada una de las tres soluciones incluye una determinada constelación de estereotipos de comportamiento y rasgos de personalidad, un concepto de justicia y un conjunto de creencias, ideas sobre la naturaleza humana, valores universales y condiciones humanas. También incluye un "trato con el destino", que consiste en recompensar la sumisión a los dictados de una decisión elegida.

Cada dirección defensiva del movimiento "infla" uno de los elementos de la ansiedad basal: impotencia en la decisión de comprometerse; hostilidad en una decisión agresiva; Aislamiento en la decisión de irse. Dado que en condiciones que producen ansiedad basal, todos estos tres sentimientos surgen invariablemente (desamparo, hostilidad, aislamiento), una persona hace una estrategia defensiva de cada uno; y dado que estas tres estrategias (direcciones de movimiento) incluyen rasgos de carácter y sistemas de valores incompatibles, los conflictos internos lo desgarran. Para obtener una sensación de plenitud, una persona se enfoca en una de las estrategias y generalmente se vuelve mansa, agresiva o alienada. La dirección que elija depende de las características de su temperamento y de las fuerzas que actúan sobre él desde el entorno.

Otras tendencias continúan existiendo, pero se vuelven inconscientes, manifestándose de forma disfrazada y de forma indirecta. El conflicto entre tendencias no se resolvió, simplemente se llevó a la clandestinidad. Cuando las tendencias "subterráneas", por cualquier motivo, se acercan a la superficie, la persona siente la ansiedad interior más severa, que a veces lo paraliza, no le permite moverse en ninguna dirección. Bajo alguna influencia poderosa o bajo la influencia de un gran fracaso de su decisión principal, una persona puede reelegir su principal estrategia de defensa a una de las reprimidas. Él cree que ha "cambiado", "aprendido mucho", pero esto es solo una sustitución de una defensa por otra.

Quien está dominado por la humildad trata de superar su ansiedad basal, buscando afecto y aprobación y estableciendo control sobre los demás a través de su necesidad, interés por él. Busca unir a otros a sí mismo con su debilidad, amor, sumisión y bondad. Dado que simultáneamente necesita rendirse a la misericordia de alguien y necesita poder expresar con seguridad su tendencia agresiva, a menudo se siente atraído por el tipo de persona opuesto y expansivo: a través de él, puede participar en la dominación sobre la vida. Tales relaciones a menudo se convierten en una "adicción dolorosa" en la que sobreviene una crisis si la pareja complaciente comienza a sentir que su sumisión no recibe la recompensa por la que se sacrificó.

Los valores del dócil y humilde “radican en el ámbito de la bondad, la piedad, el amor, la generosidad, la dedicación, la humildad; mientras que la presunción, la ambición, la crueldad, la desvergüenza, la imperiosidad les repugna ".

Dado que consideran "cualquier deseo, esfuerzo, búsqueda de algo más" "un desafío audaz y peligroso para el destino", su autoafirmación y autodefensa son extremadamente inhibidas. Eligen valores cristianos, pero tienen que hacerlo, porque estos valores son necesarios para su sistema de protección. Se ven obligados a creer que deben "poner la otra mejilla" y que el mundo tiene un orden establecido por la providencia, y que la virtud finalmente prevalecerá. Su trato es que si son humildes, amorosos, evitan el orgullo y no buscan la gloria, el destino y otras personas serán misericordiosos con ellos. Si el destino no quiere mantener este trato, o se desesperan de la justicia divina, o llegan a la conclusión de que son culpables, o comienzan a creer en la justicia que trasciende el entendimiento humano. No solo necesitan fe en la justicia del orden mundial, sino también en la bondad natural de las personas, por lo que son muy sensibles a las decepciones en este ámbito.

Con una personalidad humilde, escribe Horney, "muchas de sus aspiraciones agresivas están profundamente reprimidas". La agresión se reprime porque los sentimientos o acciones agresivas entrarían en conflicto violento con la necesidad de ser amables y pondrían en peligro toda la estrategia de lograr el amor, la justicia, la protección y la aprobación. Por lo tanto, la estrategia conduce a una mayor hostilidad, ya que "la humildad y la bondad tentan a pisar sus pies" y "la dependencia de los demás contribuye a una vulnerabilidad excepcional". La rabia que hierve en las profundidades del alma de tales personas amenaza su imagen de sí mismos, su filosofía de vida, su trato con el destino; debe ser suplantado, disfrazado o justificado para evitar el odio hacia uno mismo y la hostilidad hacia los demás.

Cuanto más se manifiesta su imaginación irracional, más probable es que simplemente tenga miedo de todo lo real, definido, concreto o finito. Tiende a odiar el tiempo porque es algo definido; dinero porque es específico; muerte porque es definitiva. Pero también puede odiar la certeza de los deseos o las elecciones y, por lo tanto, evitar la certeza de los compromisos o las decisiones. Aquí, a modo de ilustración, una paciente que acariciaba la fantasía de convertirse en un fuego errante bailando en un rayo de luz de luna: experimentó una sensación de horror cuando se miró en un espejo, no porque vio algunas imperfecciones, sino porque le hizo comprender que tiene ciertos contornos, es sustancial, "fijado a un cuerpo específico". El espejo la hacía sentir como un pájaro con las alas clavadas al tablero. Y cuando tales sentimientos ascendieron a su conciencia, deseaba terriblemente romper el espejo.

Por supuesto, el desarrollo no siempre llega a esos extremos. Pero todo neurótico, incluso si puede pasar por sano a simple vista, odia la comparación con lo obvio cuando toca sus ilusiones especiales sobre sí mismo. No puede ser de otra manera, porque de lo contrario estallará la ilusión. La actitud hacia las leyes y reglas externas puede ser diferente, pero siempre se inclina a negar las leyes que operan dentro de sí mismo, se inclina a negarse a ver relaciones de causa y efecto en el mundo físico o que un factor se sigue de otro o mejora. eso.

Hay infinitas formas de ignorar lo obvio que no quieres ver. Lo olvida; "No cuenta"; "es un accidente"; "esto se debe a las circunstancias imperantes"; "ellos me hicieron hacerlo"; "qué puedo hacer aquí"; "es naturalmente". Como contable fraudulento, va tan lejos como puede para seguir contando dos veces; pero a diferencia de un defraudador, deposita sólo lo que está a su favor y finge no saber nada del otro. Todavía tengo que ver a un paciente cuya abierta rebelión contra la realidad (como dice Harvey: “Durante veinte años luché con la realidad y finalmente la superé”) no tocaría la misma cuerda. O, para citar nuevamente la clásica afirmación del paciente: "Si no fuera por la realidad, estaría en perfecto orden".

Lo que queda por hacer es distinguir más claramente entre la búsqueda de la fama y las actividades humanas saludables. Exteriormente, son engañosamente similares, y tanto es así que parece que solo su grado es diferente. Parece como si el neurótico fuera simplemente más ambicioso, más preocupado por el poder, el prestigio y el éxito que la persona sana; como si sus normas morales fueran simplemente más altas o más duras de lo habitual; como si solo fuera más arrogante o se considerara a sí mismo más importante de lo que la gente suele pensar de sí misma. Y, en efecto, ¿quién se atrevería a trazar una determinada línea y decir: "Aquí acaba la salud y empieza la neurosis"?

Existe una similitud entre las aspiraciones saludables y los deseos neuróticos, ya que tienen raíces comunes en las posibilidades inherentes a cualquier persona. La habilidad mental le permite a una persona trascender sus límites. A diferencia de los animales, puede imaginar y planificar. De varias maneras, puede expandir gradualmente sus habilidades y, como muestra la historia, realmente las expande. Lo mismo ocurre con la vida del individuo. No existen límites estrictos para lo que puede afrontar en su vida, las cualidades y habilidades que puede desarrollar en sí mismo y sus habilidades creativas. Dados estos hechos, parece inevitable que una persona no conozca sus límites y, por lo tanto, se fije fácilmente metas que son demasiado pequeñas o demasiado altas. Esta ignorancia es la base sin la cual, aparentemente, no podría comenzar la búsqueda de la gloria.

La diferencia fundamental entre los impulsos saludables y los impulsos neuróticos por la fama radica en sus motivaciones. Las aspiraciones saludables surgen de una tendencia inherente a desarrollar habilidades inherentes. La confianza en la necesidad interna de crecimiento siempre ha sido un principio básico de nuestro enfoque teórico y terapéutico. * Y esta confianza solo aumentó con la experiencia. Lo único que ahora me parece necesario aclarar es la redacción. Ahora diría (repitiendo lo que se dijo en las primeras páginas del libro) que las fuerzas vivas de su verdadero yo empujan hacia la autorrealización de cada persona. * Por "nuestro" me refiero al enfoque de la Asociación para el Desarrollo del Psicoanálisis. En la introducción a la obra "Nuestros conflictos internos" dije: "Estoy seguro de que una persona puede y quiere desarrollar las habilidades que le son inherentes". Véase también Dr. Kurt Goldstein, Human Nature, Harvard University Press, 1940. Goldstein, sin embargo, no hace ninguna distinción, una distinción clave, entre la autorrealización, es decir, la realización del verdadero yo de uno y la encarnación del yo ideal.

Por el contrario, la búsqueda de la fama surge de la necesidad de encarnar el yo ideal. Esta distinción es fundamental, porque todas las demás se derivan de ella. Dado que la autoidealización es una decisión neurótica y, como tal, es de naturaleza compulsiva, todos los impulsos que resultan de ella también son inevitablemente compulsivos. Dado que el neurótico, mientras se vea obligado a aferrarse a sus ilusiones sobre sí mismo, es incapaz de admitir sus limitaciones, la búsqueda de la fama es ilimitada. Dado que su principal objetivo es alcanzar la fama, ya no le interesa el proceso de aprender, hacer o avanzar paso a paso; de hecho, tiende a despreciar esas cosas. No quiere escalar la montaña, quiere estar en la cima de inmediato. En consecuencia, pierde la idea de lo que significa evolución o crecimiento, incluso comienza a razonar sobre ellos. Y finalmente, dado que la creación del yo ideal solo es posible a expensas de la verdad sobre uno mismo, y su encarnación en la realidad requiere una mayor distorsión de esta verdad, la imaginación viene al rescate con placer. Así, en mayor o menor medida, pero en este camino pierde el interés por la verdad y la capacidad de distinguir la verdad de la mentira, y esta pérdida, entre otras, también es responsable de sus dificultades para distinguir entre sentimientos, creencias, aspiraciones y sentimientos sinceros. sus equivalentes artificiales (afirmaciones inconscientes) en uno mismo y en los demás. El estrés cambia de "ser" a "parecer".

Entonces, la diferencia entre los anhelos saludables y los impulsos neuróticos de la fama es la diferencia entre la espontaneidad y la compulsividad; entre reconocer y negar limitaciones; entre centrarse en un producto final glorioso y un sentido de evolución; entre apariencia y esencia; fantasía y verdad. La diferencia así establecida no es idéntica a la diferencia entre los individuos relativamente sanos y neuróticos. El primero puede no estar sinceramente involucrado en la autorrealización, al igual que el segundo puede no sentirse completamente atraído por la encarnación del yo ideal. La tendencia a la autorrealización también actúa en el neurótico; no podríamos brindar asistencia terapéutica al desarrollo del paciente si no tuviera ese deseo para empezar. Pero mientras que la diferencia entre el sano y el neurótico a este respecto es simplemente una diferencia de grado, la diferencia entre la verdadera aspiración y los impulsos compulsivos, a pesar de sus similitudes superficiales, es cualitativa, no cuantitativa. * * Cuando digo "neurótico" en este Me refiero a una persona cuyos impulsos neuróticos han prevalecido sobre los impulsos saludables.

Me parece que el símbolo más apropiado para el proceso neurótico iniciado por la búsqueda de la fama es el contenido ideológico de la historia del pacto con el diablo. El diablo, u otro mal personificado, tienta a una persona que está enredada espiritual o materialmente con una oferta de poder ilimitado. Pero puede obtener este poder vendiendo su alma o yendo al infierno. Tal tentación puede surgir para todos, ricos o pobres espiritualmente, porque apela a dos pasiones poderosas: el deseo de infinito y el deseo de encontrar una salida fácil a la situación. Según la tradición religiosa, los más grandes líderes espirituales de la humanidad, Buda y Cristo, fueron tentados. Pero como estaban firmemente arraigados en sí mismos, la reconocieron como una tentación y pudieron rechazarla. Además, los términos y condiciones de la transacción son bastante consistentes con el precio que habrá que pagar en el desarrollo neurótico. Simbólicamente hablando, el camino fácil hacia la gloria infinita inevitablemente resulta ser el camino hacia el infierno interior del autodesprecio y la auto tortura. Al elegir este camino, una persona realmente pierde su alma, su verdadero yo.

REQUISITOS NEURÓTICOS

En su búsqueda de la fama, el neurótico se precipita al reino de lo fantástico, lo infinito, lo ilimitado. Exteriormente, lleva una vida "normal", como miembro de la familia y la sociedad que va a trabajar y se divierte los fines de semana. Pero él mismo no comprende que, o al menos no comprende hasta qué punto se trata, vive en dos mundos: en el mundo de su vida privada secreta y en el mundo de la vida oficial. Estas dos vidas no convergen entre sí, como dijo un paciente: "La vida es terrible, hay tanta realidad en ella".

No importa cuán fuerte sea la aversión del neurótico a la yuxtaposición con lo obvio. La realidad se impone inevitablemente de dos maneras. Incluso si es una persona muy talentosa, es similar en todos los aspectos esenciales a cada uno de nosotros, con limitaciones humanas generales y dificultades individuales significativas. Su ser actual está en desacuerdo con su imagen divina de sí mismo. La realidad fuera de él tampoco lo trata como una deidad. Y para él una hora tiene sólo sesenta minutos, tiene que hacer cola, como todo el mundo, un taxista o un jefe en el trabajo lo tratan como a un simple mortal.

La humillación a la que (en su opinión) está sometido el neurótico está muy acertadamente ilustrada por un pequeño incidente de la infancia de un paciente. Tenía tres años, estaba soñando cómo se convertiría en una reina de los cuentos de hadas, y de repente su tío la agarró del suelo y bromeó diciendo: "¿Y quién tiene esta cara tan manchada?" Nunca podría olvidar su ira furiosa e impotente. Por lo tanto, los individuos de este tipo se enfrentan casi constantemente a inconsistencias, estupefactos y ofensivos. Como estar aqui ¿Cómo explicarlos, cómo reaccionar ante ellos o cómo intentar descartarlos? Mientras el autoengrandecimiento sea demasiado necesario para el neurótico y, por lo tanto, inviolable, no puede evitar concluir que algo anda mal en el mundo que lo rodea. El mundo tiene que cambiar. Entonces, en lugar de lidiar con sus ilusiones, hace demandas al mundo exterior. Otras personas y el destino están obligados a tratarlo de acuerdo con su inflada idea de su propio valor. Todos y cada uno están obligados a adaptarse a sus ilusiones. De lo contrario, es injusto. Se merece algo mejor.

El neurótico cree que tiene derecho a una atención especial, delicadeza, respeto. Los requisitos del honor son bastante comprensibles y, a veces, incluso obvios para quienes los rodean. Pero son solo una parte, la punta de requisitos más generales. Todas sus necesidades derivadas de sus prohibiciones, miedos, conflictos y decisiones deben ser satisfechas o respetadas debidamente. Es más. Todo lo que siente, piensa o hace no debe tener consecuencias nocivas. En realidad, esto significa que las leyes de la psicología no se aplican a él. Por lo tanto, no necesita admitir (o hasta cierto punto resolver) sus problemas. No es asunto suyo ocuparse de sus problemas; Depende de los demás asegurarse de que sus problemas no lo perturben.

Karen horney

NEUROSIS Y CRECIMIENTO HUMANO

La lucha por la autorrealización

W W NORTON COMPANY INC

Karen Horney

NEUROSIS Y CRECIMIENTO PERSONAL

La lucha por la autorrealización

B.S.K.

Instituto de Psicoanálisis de Europa del Este San Petersburgo 1997

Traducido por E I Zamfir Scientific editado por Prof. MM Reshetnikov

Expresiones de gratitud

El Instituto de Psicoanálisis de Europa del Este expresa su más sincero agradecimiento por la asistencia integral de la Sociedad Internacional, Karen Horney y personalmente a su Director, el Dr. Bernard Peris y al Director Adjunto, la Dra. Helen de Rozis También estamos extremadamente agradecidos por el apoyo financiero de la primera edición de este libro en ruso. Dr. Henry Paul, Director Ejecutivo de la Clínica Karen Horney

Reconocimiento

El East European Institute of Psychoanalyse desea expresar su sincero agradecimiento a la International Karen Homey Society y personalmente a su director, Bernard J Pans, Ph D y a su cofundadora, Helen De Rosis, MD por su asistencia integral. También estamos agradecidos a Karen Homey Clinic y su director ejecutivo, Henry Paul, MD, por el generoso apoyo financiero de nuestro trabajo en la edición rusa de "Neurosis and Human Growth"

Horney Karen

X86 Neurosis y crecimiento personal La lucha por la autorrealización

El último y más famoso libro del destacado psicoanalista está dedicado al estudio de las pruebas internas y los conflictos de rango. Resumiendo sus muchos años de experiencia clínica, el autor formula ideas sobre la neurosis como una variante específica de adaptación que compite con el desarrollo espiritual de el individuo

El libro está disponible no solo para profesionales, sino también para un amplio círculo de lectores que no solo pueden reconocerse en ellos y ver sus propios problemas, sino también formas de superarlos.

ISBN 5-88787 002 3 ISBN 5 88925 0183


^ W W Norton & Company Inc, 1950 © Instituto de Psychoana de Europa del Este

© Traducido del inglés E I Zamfir, 1997 © BSK, 1997

Karen Horney (1885-1952) - una de las pensadoras psicoanalíticas más prominentes del siglo XX Después de recibir educación médica en las universidades de Friburgo, Gotinga y Berlín, comenzó su análisis personal con Karl Abraham en 1910, y en 1920 se convirtió en una de las los fundadores del Instituto Psicoanalítico de Berlín En los años veinte y principios de los treinta, intentó modificar la teoría de la psicología femenina de Sigmund Freud, sin dejar de permanecer dentro del marco de la teoría ortodoxa. Su trabajo se adelantó demasiado a su tiempo para llamar la atención que merecía, pero con su reedición (1967) como una colección bajo el título general de Psicología femenina, Horney es considerada una figura fundadora del psicoanálisis feminista.

En 1932, Horney aceptó una invitación de Franz Alexander para convertirse en la segunda directora del recién formado Instituto Psicoanalítico de Chicago, pero en 1934 se mudó a Nueva York para trabajar en el Instituto Psicoanalítico de Nueva York. Influenciada por nuevos movimientos sociales e intelectuales en los Estados Unidos Estados, publicó dos libros: "La personalidad neurótica de nuestro tiempo" (1937) y "Nuevos caminos en psicoanálisis" (1939), que rechazan algunas de las disposiciones básicas de la teoría freudiana y reemplazan su orientación biológica por una cultural e interpersonal. Estos libros impresionaron tanto a los colegas ortodoxos de Horney que la obligaron a dejar el Instituto Psicoanalítico de Nueva York. En esta fase de su investigación, Horney se unió a los neofreudianos culturales del psicoanálisis, como Harry Stack Salpiven, Erich Fromm, Clara Thompson y Abraham Cardiner.

Dejando el Instituto Psicoanalítico de Nueva York, Horney fundó el Instituto Americano de Psicoanálisis en 1941 y continuó desarrollando su teoría en una atmósfera más cercana espiritualmente. En Self-Analysis (1942), Our Internal Conflicts (1945) y Neurosis and Personal Growth (1950). ), postuló que con la ansiedad que genera la falta de sentido de seguridad, amor y reconocimiento, una persona se las arregla renunciando a sus verdaderos sentimientos e inventando estrategias artificiales de protección para sí mismo, tanto intrapsíquicas como interpersonales (interpersonales).

Karen Horney. Neurosis y crecimiento personal

Las ideas de Horney pasaron por varias etapas en su formación y, por lo tanto, su nombre significa cosas diferentes para diferentes personas. Algunos la ven como una mujer cuyos trabajos científicos anticiparon brillantemente todas las objeciones a los puntos de vista de Freud sobre la psicología de la mujer. Freudiana, perteneciente a la escuela de los culturalistas Y algunos la identifican con su teoría madura, que es una clasificación elaborada de estrategias de defensa. Cada etapa del trabajo de Horney es importante, pero creo que es su teoría madura la que representa la contribución más significativa a la el curso del pensamiento psicoanalítico. La mayoría de sus primeras ideas fueron revisadas y complementadas, por la propia Horney o por otros, o se fusionaron con el trabajo de la siguiente generación y, a veces, fueron redescubiertas por él. Pero este no es el caso de su teoría madura. “Nuestros Conflictos Internos” y “Neurosis y Crecimiento Personal” explican el comportamiento humano en el marco de la constelación actual de sus conflictos y defensas internos. No encontraremos nada parecido a esta interpretación profunda y extremadamente prometedora en otros autores. Se pierden grandes oportunidades no solo para el clínico, sino también para el crítico literario y el culturólogo; se puede utilizar en psicología política, filosofía, religión, biografía y resolución de problemas de identificación de roles de género.

Aunque cada obra de Horney es una contribución notable a la ciencia y, por lo tanto, merece atención, la principal sigue siendo "Neurosis y crecimiento personal". Este libro se basa en sus primeros trabajos y desarrolla las ideas contenidas en ellos en gran medida. Horney es conocida por su claridad como autora, y Neurosis and Personal Growth no es una excepción, pero quienes no estén familiarizados con la evolución de sus ideas pueden beneficiarse de esta introducción.

I. Horney y la psicología femenina

Mientras seguía enseñando teoría ortodoxa en el Instituto Psicoanalítico de Berlín, Horney comenzó a estar en desacuerdo con Freud sobre la envidia del pene, el masoquismo femenino y el desarrollo femenino, y trató de reemplazar la visión falocéntrica dominante de la psicología femenina con una visión diferente, femenina. Inicialmente, trató de cambiar el psicoanálisis desde adentro, pero al final se alejó de muchos de sus prejuicios y creó su propia teoría.

En sus dos primeros artículos, "Sobre el origen del complejo de castración en las mujeres" (1923) y "Evitar la feminidad" (1926), Horney se esforzó por mostrar que la niña y la mujer solo tienen su propia constitución biológica y patrones de desarrollo inherentes. los cuales deben ser considerados sobre la base de los principios femeninos, y no como diferentes de los masculinos, y no como productos de su supuesta inferioridad en comparación con los masculinos. Ella desafió el enfoque psicoanalítico de la mujer como un hombre inferior, considerando este enfoque como una consecuencia del género de su creador, un genio en la masculinidad y el fruto de una cultura en la que el principio masculino se impuso. La mirada de los hombres a una mujer fue adoptada por el psicoanálisis como un

Prefacio a la edición rusa

imagen ruidosa de la esencia de una mujer. Para Horney, es importante entender por qué un hombre ve a una mujer en esta perspectiva particular, argumenta que la envidia de un hombre por el embarazo, el parto, la maternidad, el pecho femenino y la capacidad de alimentarla da lugar a una tendencia inconsciente a devaluar. todo esto y que el impulso creativo masculino es una sobrecompensación por poco el papel en la procreación de la “envidia uterina” en un hombre es indudablemente más fuerte que la “envidia del pene” en una mujer, ya que un hombre quiere reducir mucho más la importancia de la mujer con voz ronca de lo que una mujer quiere reducir la importancia de un hombre.

En otros artículos, Horney continúa analizando la visión masculina de la mujer para mostrar la falta de su naturaleza científica. En el artículo “Desconfianza entre los sexos” (1931), sostiene que la mujer es vista como una “criatura de segunda categoría”, ya que “en un momento dado, el partido más poderoso creó la ideología necesaria para asegurar su posición dominante, ”Y“ en esta ideología, las diferencias entre los débiles se interpretaron como de segunda categoría ”. En Fear of a Woman (1932), Horney atribuye este miedo masculino al miedo del niño de que sus genitales no sean adecuados para los de su madre. Una mujer amenaza a un hombre no con castración, sino con humillación, amenazando el "respeto por sí mismo masculino". Al crecer, un hombre sigue preocupándose en lo más profundo de su alma por el tamaño de su pene y por su potencia. Esta ansiedad no se ve duplicada por ninguna ansiedad femenina: “la mujer juega su papel por el mismo hecho de su ser”, no necesita demostrar constantemente su esencia femenina. Por lo tanto, una mujer no tiene un miedo narcisista a un hombre. Para hacer frente a su ansiedad, el hombre promueve el ideal de productividad, busca "victorias" sexuales o busca humillar al objeto del amor.

Horney no niega que las mujeres suelen estar celosas de los hombres y descontentas con su papel femenino. Muchas de sus obras están dedicadas al "complejo de masculinidad", que ella en "Forbidden Femininity" (1926) define como "un complejo de sentimientos y fantasías de una mujer, cuyo contenido está determinado por un deseo inconsciente de las ventajas que la posición de hombre da, envidia de los hombres, el deseo de ser hombre y el rechazo del papel de mujer ”. Inicialmente creía que el complejo de masculinidad de la mujer era inevitable, ya que era necesario para evitar sentimientos de culpa y ansiedad, producto de la situación edípica, pero luego reconsideró su opinión. El complejo de masculinidad es producto del dominio cultural masculino y las características de la dinámica familiar de una niña, argumentó Horney. “En la vida real, una niña desde que nace está condenada a estar convencida de su inferioridad, ya sea que hable de manera grosera o sutil. Esta posición estimula constantemente su complejo de masculinidad ”(“ Evitar la feminidad ”).

Hablando de la dinámica familiar, Horney primero consideró la relación de la niña con los hombres de la familia como la más importante, pero luego la madre se convierte en la figura central en las historias de casos de mujeres con complejo masculino. En Maternal Conflicts (1933), ella enumera todos esos

Karen Horney. Neurosis y crecimiento personal

rasgos de la infancia de la niña, que ella considera responsables del complejo de masculinidad. “Esto es lo que es típico: las niñas tienden a tener motivos desde muy temprano para no gustarles su propio mundo femenino. Las razones de esto podrían ser la intimidación materna, la profunda decepción en la relación con el padre o el hermano, la experiencia sexual temprana que aterrorizó a la niña, el favoritismo de los padres hacia el hermano ”. Todo esto fue en la infancia de la propia Karen Horney.

En sus trabajos sobre psicología femenina, Horney se alejó gradualmente de la creencia de Freud de que "la anatomía es el destino" y enfatizó cada vez más los factores culturales como fuente de problemas de las mujeres y problemas de identificación de roles de género. No, no es el pene del hombre lo que envidia la mujer, sino los privilegios del hombre. Realmente necesita no tener un pene, sino la oportunidad de realizarse a sí misma, desarrollando las habilidades humanas inherentes a ella. El ideal patriarcal de una mujer no siempre satisface sus necesidades internas, aunque el poder de este ideal a menudo obliga a la mujer a comportarse de acuerdo con él. En El problema del masoquismo femenino, Horney desafía la teoría del "parentesco primordial entre el masoquismo y el Cuerpo de mujer". Esta creencia de algunos psicoanalistas solo refleja los estereotipos de una cultura enmascarada, mientras que Horney rastrea una serie de condiciones sociales que hacen que una mujer sea más masoquista que un hombre. Además, una comparación de diferentes culturas muestra que estas condiciones no son universales: algunas culturas son más desfavorables para el desarrollo de la mujer que otras.

Aunque Horney dedicó la mayor parte de su vida profesional a los problemas de la psicotología femenina, abandonó este tema en 1935, creyendo que el papel de la cultura en la formación de la psique de una mujer es demasiado grande para que podamos establecer una distinción clara: esto es femenino, Y esto no es En la conferencia, titulada "El miedo a la acción de la mujer" (1935), Horney expresa la convicción de que solo cuando una mujer se libera del concepto de feminidad impuesto por una cultura enmascarada podemos comprender cuál es la diferencia psicológica entre Ai- ness y los hombres en realidad lo es ... Nuestro objetivo no debe ser definir la verdadera esencia de la feminidad, sino fomentar el "desarrollo pleno e integral de la personalidad de cada persona". Después de eso, comenzó a desarrollar su teoría, que consideraba neutral en relación al sexo de una persona, aplicable tanto a hombres como a mujeres.

II. Romper con Freud

Horney publicó dos libros en los años treinta. La personalidad neurótica de nuestro tiempo (1937) y New Ways in Psychoanalysis (1939), que llevó a la comunidad psicoanalítica a "destetarla" del psicoanálisis, criticando en ambos libros la teoría de Freud y planteando la suya propia.

Una de las características más llamativas del trabajo de Horney en ese momento fue el énfasis en el papel de la cultura en la formación de conflictos y defensas neuróticos.

Prefacio a la edición rusa

la cultura fue enfatizada cada vez más por ella ya en trabajos sobre psicología femenina. Mudarse a los Estados Unidos y darse cuenta de las diferencias entre este país y Europa central lo hizo aún más receptivo al trabajo de sociólogos, antropólogos y psicoanalistas de orientación cultural como Erich Fromm, Herold Lasswell, Ruth Benedict, Margaret Mead, Alfred Adler y Harry Stack. Sullivan.

Horney demostró que Freud, debido a su especial interés en las raíces biológicas del comportamiento humano, hizo una suposición no del todo correcta sobre la universalidad de los sentimientos, actitudes y actitudes inherentes a su cultura - con el instinto de destrucción, su obsesión por el dinero - con libido anal y ganas de dinero - con oral. Pero la antropología muestra que cada cultura tiene sus propias, distintas de otras culturas, tendencias hacia la producción de todos estos tipos de carácter. Siguiendo a Malinowski y otros, Horney ve el complejo de Edipo como un fenómeno culturalmente condicionado, cuyo volumen puede reducirse significativamente a través del cambio social.

Freud ve la neurosis como un producto del choque de cultura e instinto, pero Horney no está de acuerdo. Según Freud, necesitamos la cultura para sobrevivir y para preservarla debemos reprimir o sublimar nuestros instintos. Y dado que nuestra felicidad consiste en la gratificación completa e inmediata de nuestros instintos, debemos elegir entre la felicidad y la supervivencia. Horney no cree que este choque entre el individuo y la sociedad sea inevitable. El choque ocurre cuando un entorno desafortunado frustra nuestras necesidades emocionales y, por lo tanto, despierta miedo y hostilidad. Freud describe a una persona como insaciable, destructiva y antisocial, pero según Horney, todas estas son reacciones neuróticas a condiciones adversas más que una expresión del instinto.

Aunque a menudo se considera a Horney una representante de la escuela cultural, el énfasis en la cultura fue solo una fase pasajera de su trabajo. Una parte más importante de su trabajo en los años treinta fue una nueva versión de la estructura de la neurosis, presentada por primera vez por ella en La personalidad neurótica de nuestro tiempo, Horney no negó la importancia de la niñez en el desarrollo emocional de una persona, como es el caso. a veces pensaba, pero le daba importancia no a la frustración de los impulsos libidinales, sino a las condiciones de vida patógenas de un niño en una familia donde no se siente seguro, amado y valioso. Como resultado, desarrolla una "ansiedad basal", un sentimiento de impotencia frente a un mundo hostil, que intenta mitigar desarrollando estrategias defensivas como la búsqueda del amor, el deseo de poder o la alienación. Dado que estas estrategias son incompatibles entre sí, entran en conflicto, lo que crea nuevas dificultades En sus libros posteriores, Horney desarrolló y perfeccionó este modelo de neurosis.

Horney creía que nuestras estrategias defensivas estaban condenadas al fracaso porque creaban un círculo vicioso. el remedio que queremos suavizar

Cirene Horney. Neurosis y crecimiento personal

la ansiedad, por el contrario, la intensifica. Por ejemplo, la frustración de la necesidad de amor hace que esta necesidad sea insaciable, y la exigencia y los celos que surgen de la glotonería hacen menos probable que una persona encuentre un amigo. Quienes no han sido amados desarrollan un fuerte sentimiento de que nadie los ama, y ​​descartan cualquier evidencia en contrario, y buscan malas intenciones detrás de cualquier manifestación de simpatía. El hecho de estar privados de amor los hizo dependientes, pero tienen miedo de depender de otro, porque los hace demasiado vulnerables. Horney compara esta situación con la situación de “una persona que se está muriendo de hambre, pero no se atreve a comer nada por temor a que la comida haya sido envenenada”.

Horney dedicó gran parte de La personalidad neurótica al análisis de la necesidad neurótica del amor, pero se detiene en este trabajo y en el deseo de poder, prestigio y posesión, que se desarrolla cuando la persona desespera por alcanzar el amor. Estos impulsos neuróticos son producto de la ansiedad, la ira y los sentimientos de inferioridad. Son insaciables, ya que ningún éxito será suficiente para que el neurótico se sienta seguro, tranquilo o satisfecho con sus logros. La necesidad de amor o de éxito es fructífera y puede satisfacerse si no es de naturaleza compulsiva.

Según Horney, las personas intentan lidiar con la ansiedad basal desarrollando más de una estrategia de defensa. “Una persona siente al mismo tiempo un imperativo deseo de gobernar a todos y ser amada por todos; Como resultado, "está destrozado por conflictos insolubles, que a menudo son el centro dinámico de la neurosis".

Así, en los primeros libros de Horney se desarrolló el paradigma de la estructura de las neurosis, según el cual las violaciones en las relaciones humanas generan ansiedad basal, lo que conduce al desarrollo de estrategias de defensa que, en primer lugar, se niegan y en segundo lugar, se juntan para conflicto. En La personalidad neurótica de nuestro tiempo, se desarrolló el tema de la búsqueda del amor y la dominación, pero también se tocó el tema de la alienación;

en New Ways in Psychoanalysis, el narcisismo y el perfeccionismo (la búsqueda de la excelencia) se agregaron a las estrategias de defensa interpersonal. Estos libros también proporcionan descripciones de estrategias de defensa intrapsíquicas como la autodespreciación, el autorreproche, el sufrimiento neurótico y la sumisión excesiva a los estándares, pero su contenido se ha explorado más a fondo en los dos últimos libros de Horney.

Quizás el aspecto más significativo de la nueva versión del psicoanálisis de Horney fue el cambio en el interés del analista (tanto en la teoría como en la práctica) de un interés en el pasado del paciente a un interés en su presente. Mientras que el enfoque de Freud estaba en la génesis de la neurosis, el enfoque de Horney estaba en su estructura. Ella creía que el psicoanálisis debería centrarse no tanto en las raíces infantiles de la neurosis, como en la constelación existente de defensas y conflictos internos del neurótico. Esta característica de su enfoque lo distinguía claramente del psicoanálisis clásico.

Prefacio al ruso) edición

Lisa y lo hizo inaceptable para aquellos que estaban principalmente interesados ​​en el pasado del paciente.

En New Paths in Psychoanalysis, Horney distinguió el enfoque evolutivo del "mecánicamente evolutivo". El pensamiento evolutivo asume que “lo que existe hoy no existía en esta forma inicialmente, sino que lo tomó por etapas. En estas primeras etapas, podemos encontrar muy poca similitud con la forma actual, pero la forma actual es inconcebible sin las anteriores ". Mecánicamente, el pensamiento evolutivo insiste en que "no se creó nada realmente nuevo en el proceso de desarrollo" y "lo que vemos hoy es sólo lo antiguo en un nuevo paquete". Para Horney, la profunda influencia de las experiencias de la primera infancia no excluye el desarrollo posterior, mientras que para Freud, nada nuevo le sucede a una persona después de los cinco años, y todas las reacciones o experiencias posteriores deben considerarse solo como una reproducción de la primera infancia. El aspecto evolutivo mecánico del pensamiento de Freud se reflejó en su idea de la ausencia de tiempo en el inconsciente, en su comprensión de la repetición obsesiva, la fijación, la peipección y la transferencia. Horney considera que este aspecto del pensamiento de Freud es responsable "del grado en que el infantilismo se atribuye a las tendencias de una persona y su presente se explica por el pasado".

En el centro del concepto de Freud de la relación de las experiencias de la infancia con la conducta de los adultos se encuentra la doctrina de la ausencia de tiempo en el inconsciente. Los miedos, los deseos o las experiencias integrales reprimidas en la niñez no están influenciados por otras experiencias que surgen a medida que la persona crece. Esto nos permite construir el concepto de fijación, ya sea en relación con el entorno temprano de la persona (fijación en el padre o en la madre), o en relación con la etapa de desarrollo de su libido. De acuerdo con este concepto, es posible considerar más apegos de una persona o patrones de su comportamiento como una reproducción del pasado, congelada en el inconsciente y no sujeta a cambios.

Horney no intenta en absoluto refutar la doctrina de la ausencia de tiempo en el inconsciente o una serie de conceptos asociados con él. Más bien, está tratando de construir (sobre un conjunto diferente de premisas) su propia teoría "" el punto de vista diferente del mecanicista es tal que en el proceso de desarrollo orgánico nunca surgen simples repeticiones o regresiones a etapas anteriores ". el pasado siempre está contenido en el presente, pero no en la forma de su reproducción, sino en la forma de su desarrollo. El camino del "desarrollo real" es el camino en el que "cada paso implica el siguiente". las dificultades del presente directamente con la influencia de la infancia son científicamente sólo medias verdades, pero en términos prácticos son inútiles ".

Según el modelo de Horney, las experiencias tempranas nos afectan tan profundamente, no porque crean fijaciones que obligan a la persona a reproducir patrones infantiles, sino porque condicionan nuestra actitud.

Karen Horney. Crecimiento de neurosis y precisión

al mundo. Las experiencias posteriores también afectan nuestra actitud hacia el mundo y, al final, resulta en estrategias de defensa y rasgos de carácter de un adulto. Las experiencias tempranas pueden influir más fuertemente que las posteriores, ya que determinan la dirección del desarrollo, pero el carácter de un adulto es un producto. de todo interacciones previas de su psique y su entorno.

Hay otra diferencia importante entre Horney y Freud. Freud creía que estas experiencias cruciales de la niñez son relativamente pocas y son en su mayoría de naturaleza sexual, y Horney estaba convencido de que la totalidad de las experiencias de la niñez es responsable del desarrollo neurótico. La vida de un adulto transcurre al azar debido a que en la infancia toda la cultura que lo rodea, sus relaciones con los compañeros y especialmente las relaciones familiares hacían que el niño se sintiera inseguro, desamor e innecesario, y esto le producía una ansiedad basal. Estas condiciones desfavorables dan lugar al desarrollo de una estructura especial de carácter, y de ahí surgen todas las dificultades adicionales.

Horney señala que existe una conexión entre nuestro presente y la primera infancia, pero es compleja y difícil de rastrear. Ella cree que tratando de comprender un síntoma en el marco de su principio infantil, "estamos tratando de explicar una incógnita ... a través de otra, de la que sabemos aún menos". Sería más fructífero "enfocarnos en las fuerzas que realmente mover a una persona o impedir su movimiento; hay suficiente probabilidad de que seamos capaces de entenderlos, aun sin saber mucho de su infancia ”.

Neurosis y crecimiento personal, ¿cuál es la relación? A veces la vida nos lleva a un callejón sin salida, y nuestras manos dejan de hacer algo, y simplemente comenzamos a “ir con la corriente”, sucumbiendo a un estado nervioso y, lo que es peor, tratamos de no darnos cuenta. ¡Pero todo se puede arreglar! Si identifica los signos de una crisis de crecimiento personal y los vence. Nuestros consejos para lidiar con la neurosis en el camino del crecimiento personal lo ayudarán con esto.

¿Qué es crisis, neurosis y crecimiento personal? ¡Entendiendo los conceptos!

Neurosis o trastorno neurótico- en primer lugar, un estado psicoemocional tenso que surge durante situaciones estresantes desagradables, acompañado de problemas fisiológicos y que provoca agotamiento psicológico.

Esta condición incluye alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso, que se manifiestan en sentimientos de ansiedad, distracción y comportamiento agresivo. Y también en los trastornos del sistema autónomo, que se manifiestan por sudoración profusa, temblores de manos, presión arterial baja y otros síntomas. Si se ignora, la neurosis común tiene un gran peligro de convertirse en depresión, ataques de pánico y fobias.

Crisis en psicología- un estado en el que el desarrollo de la personalidad y la autorrealización de una persona es imposible. Esta condición se produce debido a la sobrecarga emocional y la fatiga.

Crecimiento personal- un concepto más agradable que denota las acciones de un individuo específico para lograr la autorrealización de la vida. La superación personal es el objetivo de muchas personas, ya que, de hecho, el ansia por ella es inherente a nosotros por naturaleza. Si este proceso falla, es posible que se produzcan consecuencias negativas, por lo que es muy importante eliminar todos los problemas tan pronto como aparezcan.

El proceso de crecimiento personal y por qué es tan importante

La realización personal es una parte integral del proceso de la vida. Sin él, nos hubiéramos convertido en criaturas de voluntad débil que no tienen nuestra propia opinión y no son capaces de actuar.

El proceso de autorrealización puede existir a lo largo de todo el camino de la vida. Como todos sabemos, ¡no hay límites para la perfección! Pero, ¿qué hacer si una neurosis se encuentra en el camino del crecimiento y fluye suavemente hacia una crisis real? Estas palabras en sí mismas pueden asustar a cualquiera que no esté listo para responderlas. De hecho, cualquier crisis se puede superar y la neurosis se puede curar. ¡Lo principal aquí es identificar sus síntomas a tiempo y no retrasar su eliminación!

Para descubrir en sí mismo un estado neurótico o de crisis, debe familiarizarse con sus principales signos.

¿Cómo identificar la neurosis en el camino del crecimiento personal?

Algunos signos de trastorno neurótico tienen un impacto negativo en la vida diaria, lo que le agrega un malestar significativo. Pero, si encuentra este problema a tiempo, puede solucionarlo rápidamente.

Afortunadamente, la neurosis es bastante fácil de reconocer por sus síntomas característicos:

• Baja resistencia al estrés;
• Comportamiento agresivo;
• Lesión y llanto frecuente;
• Estados de ansiedad;
• Concentración solo en el problema;
• Fatiga;
• Aumento de la irritabilidad;
• Sensibilidad por las nimiedades;
• Convirtiendo cada pequeña cosa en una tragedia;
• Fuerte susceptibilidad al ruido;
• Intolerancia a la luz demasiado brillante;
• Sensibilidad a los cambios de temperatura;
• Insomnio explícito;
• Estado sobreexcitado;
• Palpitos del corazon;
• Abundante sudoración;
• Distracción, no concentración;
• Caídas repentinas de presión.

En un estado neurótico, no necesariamente todos los síntomas comenzarán a manifestarse a la vez, bien puede haber 2 o 3. Pero esto es suficiente para pensar en formas de lidiar con una terrible dolencia.

Crisis de crecimiento personal

Las crisis de naturaleza neurótica son bastante frecuentes. Especialmente para aquellas personas que están sujetas a un estrés y presiones externas constantes. Tales momentos interfieren con el proceso de autorrealización y lo inhiben significativamente.

Una crisis personal es normativa, algo que ocurre en el camino de cada persona. Es inevitable y hay que luchar contra él. La situación es mucho más complicada con una crisis personal anormal, porque colapsa inesperadamente y es difícil prepararse para ella con anticipación. Pero no desesperes, ¡no hay problemas irresolubles! Vale la pena reunir fuerzas y repeler todas las dolencias.

5 señales de una crisis de crecimiento

Habiendo lidiado con los síntomas de un estado de crisis, buscamos signos claros de un mal funcionamiento en el sistema nervioso y en su vida habitual. Entonces, las señales de una parada en el crecimiento personal son:

1. Rechazo de uno mismo como parte significativa de la sociedad.

En pocas palabras, un completo rechazo de ti mismo por lo que eres. Este es quizás el más revelador de todos los signos. Después de todo, al no aceptarnos y, por lo tanto, al no respetarnos a nosotros mismos, al rechazar nuestros propios pensamientos y opiniones, destruimos la personalidad en nosotros. ¡Hazte amigo de ti mismo y verás cómo la vida brillará con colores completamente diferentes y más brillantes! Hasta que esto suceda, la sociedad no podrá aceptarte, porque si una persona no se respeta a sí misma, ¿quién la respetará?

2. Los viejos puntos de vista se oponen al nuevo curso del tiempo.

Si un individuo está cerrado a todo lo nuevo, entonces es inútil persuadirlo hasta que se dé cuenta de que está listo para cambiar de opinión. Ahora el tiempo pasa en un ciclo completamente diferente, muchas cosas cambian, pero no todas las personas están preparadas para aceptar esta realidad como la verdad. Por lo tanto, para no estancarnos en el “siglo pasado”, ¡es hora de mirar el mundo con una mirada moderna y no tener miedo de las innovaciones que nos trae!

3. Pensamiento estrecho.

Este problema es el más difícil de resolver. Y ver esta señal también es muy difícil. Recuerde, solo una persona que está dispuesta a mirar más profundamente que la información superficial es capaz de crecer espiritualmente. Gracias a la literatura educativa y a toda la accesibilidad de Internet, se nos ha proporcionado una gran cantidad de conocimientos con los que podemos desarrollarnos de forma autónoma. Lo principal que hay que aprender es a utilizarlos correctamente.

4. Falta de flexibilidad en diferentes situaciones.

Este síntoma se manifiesta en personas que no son capaces de "girar en la vida". Sucede que ocurren situaciones completamente imprevistas, ocurren circunstancias inesperadas y ¡nos damos por vencidos o actuamos!

5. Incapacidad para asumir la responsabilidad de sus acciones.

Una persona no está preparada o, por alguna otra razón, no puede aceptar la responsabilidad de sus pensamientos y acciones, en cuyo caso no podrá lograr un mayor desarrollo. La única solución correcta al problema es la comprensión de la responsabilidad de su existencia en la sociedad, de la que carece.

¿Qué pasa si tienes una crisis de identidad?

¡Estas llamadas de alarma no deben perderse! Son ellos quienes nos dicen que es hora de detenernos y repensar nuestra vida, para no encontrarnos con una neurosis insidiosa. Y si la neurosis ya te ha sobrepasado, no debes demorar su eliminación hasta que se haya convertido en depresión o algo peor.

En este caso, una actitud optimista y acciones decididas para mejorar serán una excelente solución.

En ningún caso debes detenerte en tu camino de autorrealización. Tal acto conducirá a la destrucción o degradación de una persona como persona.

Los principales problemas del crecimiento personal.

A lo largo de nuestra vida, nos desarrollamos incansablemente, mejorando los conocimientos acumulados y perfeccionando las habilidades. El progreso continúa hasta que hay una colisión con los problemas del crecimiento personal.

Los problemas del desarrollo de la personalidad incluyen la falta de comprensión del estancamiento interno. Una persona, sin darse cuenta, se confunde en algunas situaciones de la vida, sus propias opiniones y no es capaz de distinguir el concepto de “malo” de “bueno”. En este caso, la mejora en la dirección correcta es imposible hasta que el individuo se comprenda a sí mismo y a sus juicios.

Otro problema del crecimiento personal es la sensibilidad de la psique humana. Está constantemente sujeto a cambios y es imposible predecir cuándo exactamente nos afectará este problema.

Cualquier neurosis, crisis se empuja a acciones precipitadas. Tales acciones inapropiadas tendrán consecuencias desastrosas, porque la sociedad no está preparada para aceptarlas. Un enfermo neurótico es incapaz de pensar con pureza, porque está atormentado por la depresión y los cambios de humor. En este caso, es importante brindar asistencia a tiempo. Pueden ayudar tanto los especialistas profesionales como los familiares del paciente.

Adaptarse rápidamente a cualquier situación no es un lujo para todos. Y solo aquellos que lo poseen son capaces de soportar situaciones estresantes y afrontarlas de forma segura.

Traducción de E.I. Zamfir

K. Horney. Neurosis y crecimiento humano: la lucha por la autorrealización. Nueva York: W.W. Norton & Co, 1950

SPb.: Instituto de Psicoanálisis de Europa del Este y BSK, 1997

Revisión terminológica de V. Danchenko

К.: PSYLIB, 2006

Prefacio a la edición rusa (B. Peris)

Karen Horney (1885-1952) es una de las pensadoras psicoanalíticas más destacadas del siglo XX. Después de completar sus estudios de medicina en las universidades de Friburgo, Gotinga y Berlín, comenzó su análisis personal con Karl Abraham en 1910, y en 1920 se convirtió en una de las fundadoras del Instituto Psicoanalítico de Berlín. En los años veinte y principios de los treinta, intentó modificar la teoría de la psicología femenina de Sigmund Freud, sin dejar de estar dentro del marco de la teoría ortodoxa. Su trabajo se adelantó demasiado a su tiempo para ganar la atención que merecía, pero desde su reedición (1967) como una colección bajo el título general de Psicología femenina, Horney ha sido considerada una figura fundadora del psicoanálisis feminista.

En 1932, Horney aceptó una invitación de Franz Alexander para convertirse en la segunda directora del recién formado Instituto Psicoanalítico de Chicago, pero en 1934 se mudó a Nueva York para trabajar en el Instituto Psicoanalítico de Nueva York. Bajo la influencia de las nuevas corrientes sociales e intelectuales en los Estados Unidos, publicó dos libros - "La personalidad neurótica de nuestro tiempo" (1937) y "Nuevos caminos en el psicoanálisis" (1939), en los que algunas de las disposiciones fundamentales de Freud Se rechazan teorías, y su orientación biológica es reemplazada por una cultural e interpersonal. Los colegas ortodoxos de Horney se sorprendieron tanto con estos libros que la obligaron a dejar el Instituto Psicoanalítico de Nueva York. En esta fase de su búsqueda científica, Horney se unió a neo-freudianos culturalmente psicoanalíticos como Harry Stack Sullivan, Erich Fromm, Clara Thompson y Abraham Kardiner.

Dejando el Instituto Psicoanalítico de Nueva York, Horney fundó el Instituto Americano de Psicoanálisis en 1941 y en una atmósfera más cercana espiritualmente continuó desarrollando su teoría. En Self-Analysis (1942), Our Internal Conflicts (1945) y Neurosis and Personal Growth (1950), postuló que con la ansiedad que genera la falta de un sentido de seguridad, amor y aceptación, una persona se las arregla negándose a sus verdaderos sentimientos e inventa para sí mismo estrategias artificiales de protección, tanto intrapsíquicas como interpersonales.

Las ideas de Horney pasaron por varias etapas en su formación y, por lo tanto, su nombre significa cosas diferentes para diferentes personas. Algunos la ven como una mujer cuyos trabajos científicos anticiparon brillantemente todas las objeciones a las opiniones de Freud sobre la psicología de la mujer. Para otros, es una neofreudiana, perteneciente a la escuela de los culturalistas. Y algunos la equiparan con su teoría madura, que es una clasificación elaborada de estrategias de defensa. Cada etapa del trabajo de Horney es importante, pero me parece que es su teoría madura la que representa la contribución más significativa al curso del pensamiento psicoanalítico. La mayoría de sus primeras ideas fueron revisadas o complementadas, por la propia Horney o por otros, o se fusionaron con el trabajo de la siguiente generación y, a veces, fueron redescubiertas por él. Pero este no es el caso de su teoría madura. “Nuestros Conflictos Internos” y “Neurosis y Crecimiento Personal” explican el comportamiento humano en el marco de la constelación actual de sus conflictos y defensas internos. No encontraremos nada parecido a esta interpretación profunda y extremadamente prometedora en otros autores. Brinda grandes oportunidades no solo al clínico, sino también al crítico literario y al culturólogo; se puede utilizar en psicología política, filosofía, religión, biografía y resolución de problemas de identificación de roles de género.

Aunque cada obra de Horney es una contribución notable a la ciencia y, por lo tanto, merece atención, la principal es "Neurosis y crecimiento personal". Este libro se basa en sus primeros trabajos y desarrolla las ideas contenidas en ellos en gran medida. Horney, como autor, es conocido por su claridad de presentación, y Neurosis and Personal Growth no es una excepción; pero para quienes no estén familiarizados con la evolución de sus ideas, esta introducción puede ser útil.

I. Horney y la psicología femenina

Mientras seguía enseñando teoría ortodoxa en el Instituto Psicoanalítico de Berlín, Horney comenzó a estar en desacuerdo con Freud sobre la envidia del pene, el masoquismo femenino y el desarrollo femenino, y trató de reemplazar la visión falocéntrica dominante de la psicología femenina por una visión femenina diferente. Inicialmente trató de cambiar el psicoanálisis desde adentro, pero al final rompió con muchos de sus prejuicios y creó su propia teoría.

En sus dos primeros artículos, "Sobre el origen del complejo de castración en las mujeres" (1923) y "Evitar la feminidad" (1926), Horney se esforzó por mostrar que la niña y la mujer solo tienen su propia constitución biológica y patrones de desarrollo inherentes. los cuales deben ser considerados en base a los principios femeninos, y no como diferentes de los masculinos, y no como productos de su supuesta inferioridad en comparación con los masculinos. Ella desafió el enfoque psicoanalítico de la mujer como un hombre inferior, considerando que este enfoque es una consecuencia del género de su creador, el genio como hombre, y el fruto de una cultura en la que el principio masculino se impuso. El psicoanálisis asimiló las opiniones masculinas existentes sobre las mujeres como una imagen científica de la esencia de la mujer. Es importante que Horney comprenda por qué un hombre ve a una mujer de esta manera. Ella sostiene que la envidia de un hombre por el embarazo, el parto, la maternidad, el pecho femenino y la capacidad de alimentarla da lugar a una tendencia inconsciente a devaluar todo esto, y que el impulso creativo masculino compensa en exceso su papel insignificante en el proceso de reproducción. . La "envidia del útero" de un hombre es indudablemente más fuerte que la "envidia del pene" de una mujer, ya que un hombre quiere disminuir la importancia de la mujer mucho más de lo que una mujer quiere disminuir la importancia del hombre.

En otros artículos, Horney continuó analizando la visión masculina de la mujer para mostrar la falta de su naturaleza científica. En su artículo “Desconfianza entre los sexos” (1931), sostiene que la mujer es vista como una “criatura de segunda categoría”, ya que “en todo momento, el lado más poderoso ha creado la ideología necesaria para asegurar su posición dominante, ”Y“ en esta ideología, las diferencias entre los débiles se interpretaron como de segunda categoría ”. En Fear of a Woman (1932), Horney atribuye este miedo masculino al miedo del niño de que sus genitales no sean adecuados para los de su madre. Una mujer amenaza a un hombre no con castración, sino con humillación, amenazando el "respeto por sí mismo masculino". Al crecer, un hombre sigue preocupándose en lo más profundo de su alma por el tamaño de su pene y por su potencia. Esta ansiedad no se ve duplicada por ninguna ansiedad femenina: “la mujer juega su papel por el mismo hecho de su ser”, no necesita demostrar constantemente su esencia femenina. Por lo tanto, una mujer no tiene un miedo narcisista a un hombre. Para hacer frente a su ansiedad, un hombre propone el ideal de productividad, busca "victorias" sexuales o busca humillar al objeto del amor.

Horney no niega que las mujeres suelen estar celosas de los hombres y descontentas con su papel femenino. Muchas de sus obras están dedicadas al "complejo de masculinidad", que define en "Forbidden Femininity" (1926) como "un complejo de sentimientos y fantasías de una mujer, cuyo contenido está determinado por el deseo inconsciente de las ventajas que la posición de un hombre da, envidia de los hombres, el deseo de ser un hombre y el rechazo del papel de una mujer ". Inicialmente creía que el complejo de masculinidad de la mujer era inevitable, ya que era necesario para evitar sentimientos de culpa y ansiedad, producto de la situación edípica, pero luego reconsideró su opinión. El complejo de masculinidad es producto del dominio cultural masculino y las características de la dinámica familiar de una niña, argumentó Horney.

“En la vida real, una niña desde que nace está condenada a estar convencida de su inferioridad, ya sea que hable de manera grosera o sutil. Esta posición estimula constantemente su complejo de masculinidad "(" Evitando la feminidad ").

Hablando de dinámica familiar, Horney inicialmente consideró la relación de la niña con los hombres de la familia como la más importante, pero luego, su madre se convirtió en la figura central en los casos de mujeres que padecían un complejo de masculinidad. En Maternal Conflicts (1933), enumera todas las características de la infancia de la niña que cree que son responsables del complejo de masculinidad.

“Esto es lo que es típico: las niñas, por regla general, desde muy temprano tenían razones para no amar su propio mundo femenino. Las razones de esto podrían ser intimidación materna, profunda decepción en la relación con un padre o hermano, experiencia sexual temprana que aterrorizó a la niña, favoritismo de los padres hacia el hermano ”.